lunes, 19 de octubre de 2009

Al natural o en tubos de ensayo


Alejandro Redondo – aredondo@intergourmetcostarica.com

No hace muchos días, me encontraba en mi casa escuchando un tango y tomando vino, de repente me entra en la mente esa polilla que me carcome las ideas, tratando de hacer una relación entre la pureza de ambos. No basta más, haber entrado horas después en el carro, encender el CD del radio y toparme con un tango electrónico, ósea, tangotronix.

Para ese instante, me venía al pensamiento, el parecido de ese ensamble con el vino moderno. Y es que no basta creer, que todo lo que está en la botella es más que líquido proveniente de la uva que cumple un proceso de fermentación y botella, o crianza y después botella. Los vinos de hace siglos no son los mismos de hoy, había más sinceridad en ellos, más rústicos tal vez. Los vinos de hoy parecen ser más tecno sintetizados. Según cuentan muchos que tienen más de medio siglo, que los vinos de antaño eran más ricos y sinceros, tal vez el disfraz del vino moderno es la polémica, pero donde queda la esencia, la franqueza del vino.

Y les cuento, que este es un tema complicado que se las trae; porque a más de un productor no le hacen mucha gracia las preguntas y cuestionamientos, todos aseguran que el vino es natural, ¿pero, qué tanto de eso es cierto?

No es que el uso de tecnología esté mal, lo malo es el enfoque y la manipulación de una realidad, lástima que no puede decirlo ese centenario tanguero, pero casi es un hecho, que escucha un tango electrónico y mejor vuelve al hueco.

Toneles de acero inoxidable, control de temperaturas, laboratorios, etc. etc. etc.… para ver hoy día, como las bodegas están volviendo su mirada atrás para rescatar la pureza del vino, la realidad pero con un sentido moderno inevitable, el uso de tanques de cemento, ánforas, métodos tradicionales acompañados de siglo XXI; ¡que está bien!, tampoco todo es criticable, esto no implica que el vino se deje de elaborar en los campos, en el terruño, en el viñedo, en la naturaleza, y con ello pasar a los tubos de ensayo, química y laboratorio.

Esa manipulación que sufre el vino es una realidad. Es muy difícil encontrarse en estos días un vino franco, sincero, sin mayores adornos, un vino al natural; el uso de levaduras artificiales, enzimas que dan sabores, taninos de laboratorio y sulfitos son algunos de las tantas manipulaciones que tienen los vinos modernos, con ello parece quedar claro, que es posible en estas épocas copiar estilos de un vino a través de la química.

¿Cómo saber, si el vino es al natural o en tubos de ensayo? El paladar y el vino serán francos, pero mientras tanto, es un poco improbable hacer el ejercicio, habrá que esperar.

¡Salud!

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