miércoles, 12 de octubre de 2011

LA CULTURA DEL ESCUPIR

Parece extraño cuando se dice “la cultura de escupir el vino”, ¿no es algo contradictorio? Pues, no. Definitivamente escupir en términos de vino o catas en general, es una cultura, un hábito correcto, un acto permitido y no de mal gusto como muchos piensan.

En las ferias, catas y eventos en general donde el vino está presente en grandes cantidades, o bien otras bebidas alcohólicas, siempre encontremos vasijas o baldes por decirlo de alguna manera, para que el participante, el catador escupa.

¿Imaginémonos, consumir en una feria de vinos todos los que nos ofrecen? Sería simplemente, inevitable embriagarse. ¿Pero entonces de que se trata? ¿Cuál es la idea de asistir a una feria de vinos? Si bien es cierto, la idea es degustar todos los vinos posibles que ofrece el evento, y por supuesto, aprovechar una gran oportunidad, lo cierto del caso, es que el objetivo no es tomarse todo lo que nos encontremos en el camino, si nos mas bien, catar todo lo que nos sea posible. Este acto involucra, escupir el vino una vez que tenemos una idea clara de él; episodio que repetiremos la veces que sean necesarias.
Ahora bien, lógicamente llega un momento donde nuestros sentidos necesitan un descanso, ¿Por qué? ¿Cuáles sentidos? Pues bien, nuestro olfato y paladar se saturan de tanto olfatear y probar distintos vinos, entonces necesitamos descansar y limpiarlos, para seguir con nuestra ruta de pruebas ¿Cómo? En el caso del olfato, el café tostado en grano nos ayuda a neutralizar aromas, si no hay, el tomar un respiro es suficiente; con respecto al paladar, hay que ingerir bastante agua, además que nos ayudará a evitar los embates del alcohol; ésta hidratación es siempre necesaria, más aun, cuando tenemos en nuestro menú de bebidas, las alcohólicas. No solo el agua funciona para limpiar el paladar y refrescarlo, lo podemos combinar también, con pan o una galleta de soda. Para tener nuestro paladar completamente preparado, es mejor evitar comer algunos bocadillos, como los quesos por ejemplo ¿Por qué? Porque la materia grasa, hará una película en nuestra lengua y suavizará el paladar, por lo tanto los vinos, nos podrán parecer menos corpulentos o tánicos de lo normal, en el caso de los tintos; osea, engañamos nuestras papilas gustativas, y falseamos nuestro criterio ó notas de cata.

Muchos se estarán preguntando en este momento, ¿Cómo hace un tipo como Michel Rolland, ó Alberto Antonini, ó Paul Hobbs, ó como es el caso de muchos famosos asesores enólogos del vino moderno que degustan cientos de vinos en una faena? Pues por sus propias declaraciones, el secreto es “escupir”. En términos sencillos, cualquier amante del vino que desea disfrutar el sabor y la sensación del vino sin recibir los efectos del alcohol, debe escupirlo”. Viéndolo objetivamente, es un acto de conservación, responsabilidad y prudencia.

Ciertamente, escupir no es tan agradable como tomarlo, pero lo podemos planificar, si luego de catar los vinos que hemos encontrado en la ruta, elegimos nuestros preferidos, un trago o dos no nos hará mal.

Todos los que asistimos a una feria, cata o evento de vinos, es porque sencillamente somos unos locos enamorados, apasionados por el vino, así que nuestra meta será vivir la mejor experiencia que esté en nuestras manos y nos permita la ocasión. Sabremos entonces, sacarle a cada vino, el mayor provecho, admiraremos y evaluaremos su color, sus aromas, esperando no encontrarnos con olores que nos echen a perder el momento sublime, y como final, lo llevaremos a nuestra boca; en este paso, es importante tomarse su tiempo, llevar el vino al menos en tres tiempos a nuestra boca, para empapar bien nuestras papilas gustativas, para preparar bien nuestro tacto, el paladar, para comprender el vino y algún traguito por ahí, para disfrutarlo.

Recordemos, que el ánimo de estas fiestas, de las ferias, de los eventos vinícolas, es disfrutar responsablemente.

¡Salud!

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